El videoclip de «El Acuerdo», la colaboración entre Esteman y Daniela Spalla, dirigido por Camila Grandi, se sumerge en una atmósfera de juego que, a lo largo de su desarrollo visual, transgrede sus propias reglas. La pieza explora la disolución de un pacto, la metamorfosis de los roles y la redefinición de las dinámicas en un escenario que evoluciona desde lo convencional a lo abstracto.
La canción se trata de los acuerdos que se hacen en pareja. Con ellos dos buscamos un mundo pop, y se me ocurrió crear un juego que le puse de nombre “Amorío Game”.
— Camila Grandi
La Subversión del Juego Convencional
Desde su inicio, el video establece un escenario familiar de casino con una mesa de juego y la presencia de un contrato. La figura de la Reina de Corazones, que reparte fichas y cartas, consolida la idea de un juego estructurado. Sin embargo, esta formalidad se desdibuja a medida que las luces del casino parpadean y las fichas desaparecen de la mesa. El entorno se transforma de un casino a un suelo verde que evoca un tablero , sugiriendo que «han entrado en el tablero». Esta mutación del escenario inicial señala una ruptura con las expectativas del juego tradicional, abriendo paso a un espacio donde las reglas preestablecidas se disuelven.

La Metamorfosis de los Roles en Escena
En este nuevo espacio, Daniela Spalla y Esteman interactúan con cartas gigantes en una performance coreografiada. Sus movimientos buscan reflejar un «tira y afloja entre la competencia y la atracción» , donde las cartas actúan como «barreras» o «herramientas para intentar acercarse». Esta interacción compleja, que incluye «un truco, un cambio, un engaño», sugiere una redefinición de los roles que trasciende la simple oposición entre jugadores. La aparición de un pastel de bodas en este «mundo irreal» , y el acto de cortarlo por la mitad para separar las figuras nupciales, simboliza la disolución de una unión tradicional y la evolución de las dinámicas de relación más allá de los convenios establecidos.
«El Acuerdo» juega con el choque entre lo ficticio y lo real. Ambientado en una deconstrucción de casino que funciona más como un escenario teatral donde La Reina Corazón, dueña del juego, manipula cada movimiento, dejando en evidencia que la partida nunca fue justa.
— Camila Grandi
El Acuerdo Final sin Victorias
El desenlace del videoclip retorna a la mesa de juego en el casino, pero ahora despojado de fichas, dejando solo «El Acuerdo» en el centro. La Reina de Corazones desliza el contrato, marcando «la única y última apuesta». Aunque Esteman y Daniela Spalla se miran «como dos jugadores que saben que la partida terminó» , el acto de empujar el contrato sobre el juego y su posterior recolección por parte de la Reina de Corazones, implica que «ninguno de los dos gana». Este final sugiere que en este juego de «El Acuerdo», el pacto mismo se desmaterializa, o se redefine a tal punto que la noción de victoria o derrota deja de ser relevante, concluyendo la narrativa visual con una reflexión sobre la naturaleza efímera de los acuerdos en las relaciones.
